El cambio suele ser un proceso que nos asusta, nos da respeto y en muchas ocasiones nos paraliza. Por tanto, tenemos que intentar vencer ese miedo y mejorar nuestra autoestima y nuestra vida. 

¿Te sientes amenazado ante el cambio? ¿Sientes que tu vida, puede estar fuera de tu control?

“No sobrevive el más fuerte de la especie, ni el más inteligente, sino el que mejor reacciona ante el cambio”.

Lo importante es poder enfrentarnos al miedo y vencerlo. 

¿Cuántas veces te has encontrado en una situación molesta, difícil o dolorosa y no haces nada o casi nada para cambiarla? ¿Cuántas veces piensas que no hay nada que hacer o que es mejor no arriesgarse? Seguro que muchísimas y todo esto se debe al mismo miedo a cambiar, no importa el tipo de cambio que sea, todo lo que sale fuera de nuestra zona de confort, nos supone un gran esfuerzo junto con una gran incertidumbre. Por ello éste miedo es uno de los mayores obstáculos para mejorar nuestra autoestima y nuestra vida en general. Lo conocido nos da la impresión de seguridad y estabilidad, aunque estemos sufriendo y no estemos a gusto con la vida que llevamos.

Este miedo es el que impide que nos alejemos de relaciones o situaciones problemáticas y difíciles,  a la vez que nos hace quedarnos como estamos, sin darnos la oportunidad de luchar por nuestro bienestar. Tampoco nos permite trabajar para mejorar nuestra autoestima. A lo que viene la famosa frase….

 “Más vale malo por conocido, que bueno por conocer”.

  1. El miedo al cambio incluye el temor a fracasar, tener éxito, al compromiso, a perder ciertas cosas o privilegios, al rechazo, etc. Engloba muchos aspectos que la mayoría de veces no somos conscientes de todo lo que puede llegar a implicar.
  2. He aquí algunos de los  motivos que nos impiden cambiar:
  3. Una autoestima baja, ésta se refleja en dos tipos de pensamiento: No voy a lograr estar bien, porque no me lo merezco”No tengo la capacidad para resolver los problemas que surgen con el cambio o para hacer todo lo necesario para poder tener éxito”.
  4. La posibilidad de perder la atención y el apoyo que recibimos de la gente que nos quiere ayudar o que “entiende” nuestros problemas.
  5. La creencia equivocada de que cambiar es ser inestable.
  6. El tener asociados los cambios con las crisis. Con situaciones externas que nos obligan a cambiar, sin desearlo o estar preparados para ello.
  7. La respuesta de la gente que nos rodea, que puede ser muy negativa. Nuestro cambio puede provocar angustia e incomodidad en algunas personas cuya respuesta puede ser de crítica o de rechazo. Pero no debemos tener esto en cuenta si fuera por los demás probablemente nunca haríamos nada!!.
  8. Pensamientos catastróficos y extremistas, sobre todo lo malo que el cambio va a traer. Cuando el propósito del cambio precisamente es todo lo contrario.
  9. El hábito erróneo, de valorarnos en función de lo que hacemos o tenemos. Por lo tanto, pensamos que si fracasamos, nuestro valor como personas disminuirá.
  10. La posibilidad de perder el control sobre nuestra vida y las circunstancias. La falta de control, aunque sea momentánea, nos causa angustia, por lo que tratamos de evitarla, aunque nos estemos equivocando.

Es normal sentir temor ante una situación desconocida, que puede amenazar nuestro bienestar. El problema surge cuando nos dejamos manejar por ese temor o lo “alimentamos” con una serie de pensamientos equivocados que no nos ayudan en nada.

Normalmente no es nada fácil cambiar, ya que además de los miedos y temores que nos lo impiden, nuestra forma de pensar y actuar está automatizada. Igual que automáticos son los pensamientos que mantienen nuestra autoestima baja y alimentan el miedo al cambio.

Muchas veces ni tan siquiera nos damos cuenta de dichos pensamientos, sentimientos y motivos de nuestras conductas, pero si el temor o el no querer hacer el esfuerzo nos mantiene en el mismo lugar,nuestra vida nunca será como la queremos. Y sólo nosotros podemos  mejorarla.

Al final todo se convierte en una rueda y una cosa limita e impide la otra y al revés…

Cuando lo que uno hace no da el bienestar deseado es el momento de actuar: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.